El muladar, el nuevo libro de Ángela Puntes y José Ignacio Villacampa, transcurre en la Comarca del Matarraña en el corazón de Teruel, provincia de la región española del histórico Aragón. Es una novela actual, llena de misterio, aventura, amor, emoción, intriga y suspense. Ángela ofrece este homenaje a la tierra que ha hecho de anfitriona para contar esta historia tan apasionante.

Por si no me conoces, que lo dudo, te diré quien soy. Soy historia legendaria escrita con viento y lluvia sobre mis roquedales. Cuando te acercas a mí, te acojo con respeto y con la belleza bañada en el silencio limpio que aguarda a los calmados.

En mi interior habitan arcillas, extraordinarios tesoros minerales, estalagmitas y estalactitas que como el cuerno de un unicornio se muestran en ocultas cuevas mágicas que esperan ser descubiertas por quienes pasan sin ver.

Como la sangre que corre por tus venas, por mi territorio corren ríos cristalinos que se detienen a jugar entre sus pozas y sacian la sed de hermosos pueblos engendrados a lo largo de mi vieja vida.

Pero, ¡ay de ti si vienes hasta mí esperando encontrar lo que nunca has perdido! Poseo un buen número de rutas y caminos, algunos, créeme apenas conocidos, recorridos antaño por íberos, romanos, musulmanes y cristianos y ahora refugio de un crisol de culturas en busca de trabajo. Carreteras trazadas entre boj, zarzaparrilla y madreselvas que trascurren por valles angostos y barrancos custodiados por sabinas y encinas serranas.

Caminos pensados para unir mis 10 comarcas.

Cuando joven, mis tierras estaban cubiertas de cereal, pero en el siglo XIV, si la memoria no me falla, el grano dejó paso al olivo y ahora éstos hermosean mi paisaje con ejemplares centenarios.

Soy seca, muy seca a menudo, pero también soy dulce, y obsequio a los míos con el fruto de su trabajo; almendras, melocotones, cerezas…

Soy sencilla en algún sentido, arquitectónico, por ejemplo, pero que la pobreza de algunos de mis materiales no te engañe. Han superado el paso del tiempo como no lo harían otros elementos complejos, y con ellos se han creado torres, castillos, monasterios, molinos y masadas…

No, no soy pretenciosa si te digo que los cielos más limpios de Hispania están aquí, justo aquí, donde nacen los sueños más puros y donde la noche negra sí es negra, y cuando se engalana con estrellas lo hace con las más brillantes del universo.

Me gusta mucho mostrarme como un lienzo y que la naturaleza que me habita me transforme con ternura y con respeto o con su imparable fuerza.

Demasiados rayos caen a veces sobre mi despoblado territorio y la fauna hambrienta, a veces se pelea por los cultivos tiernos. ¡Ay de esas cabras montesas que todo lo devoran! Esas granujas, también soy yo.

Porque todo eso forma parte de ese ciclo natural de la vida cuando lo aceptamos y no lo vejamos.

Sí, soy un lugar para escapar del ruido de tus pensamientos y encontrarte con un silencio abrumador mientras contemplas los atardeceres que pintan el cielo con hermosos pasteles y embellecen aun más mis olivos centenarios. Como si estuvieras en la más increíble de las escenas, así de espectacular soy.

Aquí todo fluye con la naturalidad del vuelo de los buitres cuando se dejan llevar por las corrientes térmicas que me visitan.

Ahora, ya puedes decir que me conoces un poco más. Pero si te dejas caer por una de mis comarcas, a cuál mejor para ese hombre o mujer que busca dónde hallarse, recuerda que cuando te vayas, todo cuanto has contemplado se quedará aquí en su lugar, en el Matarraña, en el Maestrazgo o tal vez en el Bajo Aragón. Y nada, que no hubieras traído ya contigo, te llevarás. Si amor trajeras, amor te llevarías. Si respeto dieras respeto recibirías.

Porque esta hermosa y silenciosa tierra solo es un lugar para románticos o valientes.

A veces, algunos escriben o hablan sobre mí sin conocerme realmente, porque para conocerme bien y justamente nombrarme, tienen primero que haberse conocido a sí mismos.

Recuérdame; yo soy “el territorio” y me llamo Teruel, suma de Bajo Martín, Jiloca, Cuencas Mineras, Andorra, Bajo Aragón, Comunidad de Teruel, Maestrazgo, Sierra de Albarracín, Gúdar – Javalambre y Matarraña, fiel y digno hijo del histórico Aragón.

Por eso y por más, soy inevitablemente inspiración de artistas y gente corriente, cuando me conocen y dejan que a su paso sobre mi territorio los atraviese por todos sus sentidos.

Si quieres saber más sobre mí y cómo algunos hombres y mujeres, transforman su experiencia sobre este territorio en una historia que te atrapa, entonces, no dejes de leer la novela de esta aragonesa que escribe y que con su amigo de juventud imaginaron una historia sobre Teruel, en los tiempos actuales, con un guiño al pasado.

Después de leer El muladar, si no me conoces todavía o bien creías conocerme, vendrás a mí con otros ojos y entonces serás tu quien te inspires, amigo mío.